Desde Taboada, ganadería Cadahías de San Julián SC

Cadahías San Julián
Los hermanos Santiago y Andrés Gómez Cadahía en su ganadería de vacuno de leche.

Al lado del río Miño, a su paso por el ayuntamiento lugués de Taboada, se encuentra la ganadería familiar Cadahías de San Julián SC, una de las granjas socias de AIRA centradas en el vacuno de leche. Los hermanos Andrés y Santiago Gómez Cadahía gestionan esta ganadería con la que ya habían comenzado sus padres en la parroquia de Ínsua San Julián.

Cuentan con unas 160 vacas en producción, con un manejo en intensivo, y otras 40 vacas secas y novillas próximas al parto que salen todos los días al pasto. “En los meses de julio y agosto esta zona es muy seca y casi no tienen pasto, pero con todo, las llevamos al prado por lo bien que les sienta para prevenir problemas, en especial de patas”, explica Andrés.

El rebaño se completa con unas 70 terneras de recría. Apuestan por la recría propia con toros gallegos, procedentes de Xenética Fontao como Gigaball, GioP o San Xurxo, así como animales canadienses, como Bombero y Zebra. “Siempre apostamos por buenos toros, ya que es la manera de ir mejorando el rebaño, aunque lleve tiempo, se van viendo los resultados”, argumenta el ganadero.

“Siempre apostamos por buenos toros, ya que es la manera de ir mejorando el rebaño”

Desde que Andrés y Santiago gestionan la granja se centraron en la raza Frisona. “A veces diversificar y tener distintas razas en el rebaño, como tenían antes mis padres, tampoco te lleva a nada. Nosotros nos hemos fijado unos objetivos y decidimos apostar por esta raza para conseguirlos”, detallan.

En Cadahías de San Julián hacen dos ordeños al día y tienen una media de 37 litros por vaca al día, con unas calidades de 3,8 % de grasa y 3,3 % de proteína. La leche la comercializan a través de la Cooperativa. “El peor problema del sector es que no podemos repercutir los incrementos de los costes, a diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos. Somos conscientes de que desde la Cooperativa se hacen esfuerzos en esa línea, pero la industria sigue mirando para otro lado”, valora el ganadero.

Tienen un rebaño de frisonas, con unas 160 vacas en producción y donde apuestan por la recría propia

Trabajan con sala de ordeño y por el momento descartan incorporar robots de ordeño. “Para las vacas que tenemos en producción tendríamos que meter tres robots y supone una gran inversión”, indica Andrés. Han ido introduciendo otros sistemas de automatización del manejo de la granja como el arrimador de comida o una amamantadora para la recría, que es una de las últimas mejoras.

En el día a día de la granja, Andrés se encarga de la gestión de los animales, mientras que las labores de la tierra recaen habitualmente en Santiago. “Tenemos el trabajo organizado así, aunque en las épocas de mayor carga de trabajo colaboramos donde se precise”, indican. Además de los dos hermanos, en la ganadería cuentan con empleados para ayudar en las tareas del día a día.

Alimentación del ganado

La alimentación de las vacas en producción la realizan con el carro mezclador que adquirieron nuevo a la Cooperativa, después de trabajar durante años con uno de segunda mano y dado que la granja se encuentra fuera de las rutas de la Cooperativa. “Compramos los carros en AIRA porque trabajan con una muy buena marca y tienen una gran capacidad de respuesta cuando tienes una eventualidad. En una máquina que está trabajando todos los días no puedes permitirte que falle y si pasa tienes que saber que cuentas con un servicio que te ofrezca soluciones en el menor tiempo posible”, comenta el ganadero.

En la granja Cadahías de San Julián también echan mano de la Cooperativa para temas como la cosecha del maíz. “Buena parte de los trabajos del campo los hacemos nosotros, pero hay tareas en las que siempre optamos por la Cooperativa”, explican. La ganadería maneja una base territorial de unas 70 hectáreas, de las que 30 las dedican a maíz. “Tenemos alquiladas algunas fincas en Monterroso, ya que allí se logran mejores producciones que en esta zona y nos compensa”, indica. Puntualmente compran además maíz para suplir las necesidades del ganado.

“Creo que debería reconocerse la labor importante que desempeñamos los ganaderos para mantener el rural”

En la ganadería Cadahías reivindican lo apasionante que resulta el trabajo en el campo y el día a día con sus animales, pero reconocen que este es aún un sector muy poco valorado, a diferencia de lo que acontece en otros países. “Se sigue infravalorando el campo, y sin los productores no se sostendría el rural. El cierre de las ganaderías es un problema grave para muchos núcleos rurales. Creo que debería reconocerse la labor importante que desempeñamos los ganaderos para mantener el rural”, concluye Andrés Cadahía.

Publicado en el boletín de AIRA de diciembre de 2021.